Según el autor, Richard Webster, los 7 secretos del éxito son:
1 - El ayer no existe ya
2 - Abraza a los árboles y abraza a la vida
3 - Márcate metas
4 - Las oportunidades están en todas partes
5 - Persevera
6 - Ten fe en ti mismo
7 - Ayuda a los demás, perdónalos y perdónate a ti mismo.
Es increíble que teniendo el conocimiento y el poder de encaminar nuestras vidas, nos cueste tanto alejarnos de conductas negativas y nos llenemos de excusas para preservar “lo tóxico” de nuestras vidas a sabiendas de lo dañino que es para nuestra salud emocional. En algunas ocasiones, inclusive, lo justificamos malgastando o envenenando lo sano del presente.
Comparto totalmente con Webster: “El ayer no existe ya”. Vivir en el ayer es no vivir en el presente. En muchas ocasiones vemos personas enganchadas en situaciones tóxicas que no logran avanzar, o peor aún, no avanzan porque están enganchados en el pasado a causa de otras personas, llenándose de excusas, y dificultando con ello su presente, lo que es más tóxico aún.
El pasado pertenece a los museos. Lo vivido debe servir de experiencia para permitirnos avanzar en el camino de la vida, que es un sendero hermoso, abrazándola, disfrutando lo bueno y sorteando los obstáculos. Debemos tener fe en nosotros mismos, trabajar en nuestra autoestima, perdonar, para siempre avanzar. Miremos a nuestro alrededor, seamos perceptivos a las oportunidades que se nos cruzan y que muchas veces no detectamos por estar inmersos en nuestros problemas.
A veces tratamos a nuestras emociones como agendas comerciales, poniéndonos plazos. Tener metas es fundamental para saber hacia dónde nos dirigimos, y eliminar la incertidumbre -que es otro elemento tóxico-, pero debemos tener cuidado con los plazos que nos proponemos, y ver si son solo nuestros o involucran a un ser querido, ya que puede pasar que llegado ese plazo, los sentimientos cambien… porque la vida es dinámica y así sin quererlo afectamos a nuestro entorno.
Por ello, ocupémonos de lo que debemos ocuparnos y no nos preocupemos por cosas o situaciones que muchas veces no dependen de nosotros y nos desgastan innecesariamente. Prioricemos, porque las oportunidades están en todas partes, solo debemos estar alertas y hacer nuestro camino aligerando la carga ya que quien se estanca, muere en vida, y lo que deja pasar no lo recuperará jamás.
A veces tratamos a nuestras emociones como agendas comerciales, poniéndonos plazos. Tener metas es fundamental para saber hacia dónde nos dirigimos, y eliminar la incertidumbre -que es otro elemento tóxico-, pero debemos tener cuidado con los plazos que nos proponemos, y ver si son solo nuestros o involucran a un ser querido, ya que puede pasar que llegado ese plazo, los sentimientos cambien… porque la vida es dinámica y así sin quererlo afectamos a nuestro entorno.
Por ello, ocupémonos de lo que debemos ocuparnos y no nos preocupemos por cosas o situaciones que muchas veces no dependen de nosotros y nos desgastan innecesariamente. Prioricemos, porque las oportunidades están en todas partes, solo debemos estar alertas y hacer nuestro camino aligerando la carga ya que quien se estanca, muere en vida, y lo que deja pasar no lo recuperará jamás.
Si queremos éxito en nuestras vidas, debemos tener en cuenta los pasos de Webster y no añadirnos bienes sino restarnos deseos y proyectar solo aquellos realizables, que sean buenos para nuestras vidas y para la de los que nos rodean y, sobre todo, disfrutarlos.
No seamos de esas personas que una vez que alcanzan su “deseo” no lo disfrutan porque esperan otro, y otro y otro y nunca están satisfechos. Esto es tan “tóxico” como vivir enganchado en el pasado o añorar un futuro con mil plazos donde el presente lo perdemos día a día…
Por eso, antes que nada, seamos sinceros, confiados, perseverantes y positivos con nosotros mismos para luego poder compartirlo y estrechar lazos fuertes y duraderos con la pareja, la familia y los amigos. IK
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