Frases de la Semana

miércoles, 24 de junio de 2015

Hacer los deberes, entretener o dar las herramientas adecuadas?


Es una pena como no aprovechamos la experiencia de nuestros antepasados respecto a la crianza de nuestros hijos. Muchos progenitores confunden educar con mimar y necesitan, de alguna manera, demostrar ese amor incondicional y asegurar a sus hijos que estarán ahí para todo lo que necesiten, en las buenas y en las malas. Esa actitud, seguramente inconsciente, la interpretan en que “debo sentarme junto a mi hijo a realizar los deberes” o “lo hago como forma de un mimo o cariño”, “se aburre por eso lo entretengo”, esto es un error. Si bien en ese momento la acción satisface a ambas partes, no es la actitud más educativa, ya que ese progenitor desconoce que los niños a partir de los 6 años ya son autónomos para realizar los deberes solitos o buscar la manera de entretenerse.

Cuando éramos niños (y también nos aburríamos), a la falta de juguetes la suplíamos/la compensábamos divirtiéndonos y, jugando, a la rayuela, a la payana o a las bolitas… éramos creativos con lo que teníamos a nuestro alcance. En esa época, la tecnología no estaba tan avanzada, no crecimos utilizando computadoras, celulares, ipads, laptops, etc. como medio de entretenimiento o aprendizaje. En nuestra época  la televisión era con horario predeterminado y tenía pocos canales, ya que no existía el cable. Teníamos horarios para ir a dormir. Los padres educaban en valores y los docentes educaban desde su rol. Y ese orden en el que crecimos no es un tema menor, teniendo en cuenta que en la actualidad vivimos en un mundo de inmediatez  en el que las necesidades deben ser cubiertas de forma inmediata. 

Por ello, como progenitores, debemos alzar nuestra mirada y ver esta instancia como una oportunidad para desarrollar positivamente la creatividad de nuestros hijos, ya que les permitirá generar mecanismos que luego utilizarán en otras situaciones de sus vidas.  Así, les ayudaremos a desarrollar lo que llamamos “pensamiento lateral” que procura solucionar un tema desde otra perspectiva. Estos niños que para realizar deberes, tareas encomendadas o simplemente para divertirse en momentos de ocio necesitan de otra persona ya sea un papá, una mamá o un tutor, no serán autónomos ni tendrán la confianza suficiente en ellos mismos, dado que no les han brindado la oportunidad de crecer en forma independiente valiéndose de las herramientas adecuadas para la realización de sus actividades. 

Así por ejemplo, cuando un niño pregunta el significado de una palabra debemos recomendarle el uso del diccionario, de esta manera le enseñamos el camino de la solución, mostrándole una herramienta apropiada, desafiándolo a la búsqueda y a generar un espíritu investigador. Si no entiende un deber o tarea podemos, como padres, guiarlos pero nunca hacerle los deberes, ya que es mejor que el niño pregunte nuevamente a su maestro o profesor creando un vínculo de compromiso genuino con el docente. Si el niño entrega un deber escolar hecho o corregido por el padre sacará buena nota pero ese niño está siendo debilitado emocionalmente frente a los desafíos que le tocarán vivir -aunque en ese momento saque una nota máxima- le estamos enseñando el “camino equivocado” y no le estamos ayudando como padres a desarrollar su intelecto y su poder de razonamiento. Por su parte, el docente descansará tranquilo porque asumirá que ese niño aprendió y está en condiciones de continuar avanzando en su aprendizaje. 

En la etapa liceal o universitaria, esos niños criados en forma dependiente, seguirán necesitando a esa figura a su lado para validar sus trabajos. Ante la ausencia de ese progenitor o en caso que no esté ese padre capacitado para cubrir esa necesidad, no buscarán la manera de realizar sus trabajos solos y seguros, sino que  buscarán y/o exigirán un profesor particular o reaccionarán con frustración porque se sentirán inseguros de sí mismos, careciendo de autoestima y personalidad con relación a lo que producen o elaboran, dado que necesitan la permanente aprobación porque fueron asistidos y no educados para valerse por ellos mismos. 

Por ello, creo que los padres no debemos confundir “hacer un mimo” con “hacer los deberes” o “hacer de payasos para entretenerlos”. Esta generación de niños, cuando necesitan algo, incluso un lápiz, solo se limitan a decir “no tengo lápiz” y ahí sale ese papá/mamá corriendo a solucionar el problema, lo que debilita a ese niño que no sabrá buscar soluciones cuando se encuentre solo y seguramente buscará a otro ser para que le cubra su necesidad ante su falta de confianza para arreglárselas solito. Porque… no nos olvidemos que una cosa es compartir actividades o momentos juntos con los roles de padre e hijo bien resueltos y otra muy diferente es cuando ese niño quiere convertir a su progenitor en sustitutos de niños de su misma edad.

Como padres debemos formar, fortalecer, vigilar, apoyar a nuestros hijos para que sean independientes, seguros de sí mismos, disciplinados en sus quehaceres y que no necesiten siempre un “tutor” para cualquier actividad que realicen.  Permitamos que aprendan de sus aciertos y errores, démosles las herramientas adecuadas para que construyan su autoestima y aprendan a valorar sus trabajos y a tomar sus propias decisiones sin la permanente consulta de si está bien o mal o si gusta o no, no los hagamos rehenes de sus limitaciones sino al contrario, démosles la libertad de valerse por sí mismos. IK

No hay comentarios.:

Publicar un comentario